La Ascensión, también conocida como la Ascensión de Jesús, es una importante festividad cristiana que conmemora la ascensión física de Jesús al cielo. Este día sagrado se celebra 40 días después de Pascua y tiene un inmenso significado para la fe cristiana y sus seguidores. Significa la entrada de Jesús en el reino celestial, revelando el plan de Dios para el dominio de la creación. La Ascensión es una solemnidad en el calendario litúrgico, y su celebración implica el uso de la Biblia, la oración y una profunda reflexión. En este artículo, profundizaremos en los relatos bíblicos, el significado, la exaltación, los papeles celestiales, las implicaciones y cómo podemos vivir las enseñanzas de la Ascensión en nuestra vida cotidiana.

¿Qué es la Ascensión de Jesús?

La Ascensión de Jesús, también conocida como Día de la Ascensión o Jueves Santo, es un acontecimiento significativo en la fe cristiana. Conmemora el momento en que Jesús, en presencia de sus discípulos, ascendió al cielo tras su resurrección de entre los muertos. Este acontecimiento se considera una parte vital del misterio de la Encarnación, la Resurrección y la culminación de la obra de Jesús en la tierra. La ascensión es un elemento central de la narrativa cristiana, que subraya la divinidad de Jesús y significa su estado glorificado y trascendente.

La Ascensión es una solemnidad del calendario litúrgico, que se celebra 40 días después del Domingo de Resurrección. Ocupa un lugar venerado en la vida de la Iglesia y es ampliamente reconocida como un momento crucial en la historia de la salvación. Esta fiesta marca la conclusión del ministerio terrenal de Jesús y su presencia física entre sus seguidores, así como el preludio de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.

Durante este tiempo, Jesús impartió la gran comisión a sus discípulos, ordenándoles que difundieran las enseñanzas del Evangelio a todas las naciones. Tras este mandato divino, Jesús fue llevado al cielo, lo que significaba su exaltación a la diestra de Dios Padre. La Ascensión, por tanto, representa un momento decisivo en la vida y la misión de Jesús y de la primitiva comunidad cristiana, subrayando la transición de su presencia histórica a su presencia espiritual perpetua.

¿Cuándo se celebra la fiesta de la Ascensión?

La fiesta de la Ascensión se celebra 40 días después de Pascua, significando la conclusión del ministerio terrenal de Jesús. En el calendario litúrgico, esta celebración cae en jueves y es un día de exaltación y reflexión para los cristianos de todo el mundo. La fecha exacta de la fiesta varía cada año, oscilando entre finales de abril y finales de mayo, de acuerdo con la fecha de la Pascua. Esta importante fiesta es un momento de alegría y reverencia en el que los fieles conmemoran la ascensión de Jesús al cielo y anticipan la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés.

Dado que se celebra 40 días después de Pascua, la Ascensión sirve de enlace entre la Resurrección y Pentecostés, formando una parte crucial del ciclo pascual. El periodo que va desde la resurrección de Jesús de entre los muertos hasta su ascensión y el posterior envío del Espíritu Santo está repleto de un profundo significado teológico y espiritual para la comunidad cristiana. Como tal, la Fiesta de la Ascensión es un momento de gran devoción y una oportunidad para que los creyentes profundicen en los misterios de la fe.

¿Quién celebra la Ascensión?

La Fiesta de la Ascensión es celebrada por una miríada de confesiones cristianas, entre las que se incluyen la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa oriental y diversas tradiciones protestantes. Para estas comunidades religiosas, la ascensión de Jesús reviste una importancia primordial en la vida de Cristo y forma parte integrante de su patrimonio religioso común. El acontecimiento se conmemora con servicios religiosos especiales, oraciones y actos de devoción que sirven para honrar la exaltación y la presencia eterna de Jesús.

En medio de diversas expresiones culturales y litúrgicas, la Ascensión tiene un significado unificador para los cristianos de todo el mundo, que refleja un compromiso común con las enseñanzas y la misión salvífica de Jesús. La observancia comunitaria de esta fiesta subraya la centralidad de la ascensión en la narrativa cristiana y sirve como profunda expresión de fe y culto. Ya sea en el esplendor de las liturgias catedralicias o en la intimidad de las reuniones de las iglesias locales, la Ascensión de Jesús resuena profundamente entre los creyentes y es un momento de recuerdo espiritual y esperanza.

Relatos bíblicos de la Ascensión

Los relatos de la Ascensión de Jesús están documentados en los Evangelios de Lucas y Marcos, así como en los Hechos de los Apóstoles, que fueron escritos por el evangelista Lucas. Según los relatos evangélicos, la ascensión tuvo lugar en las cercanías de Betania, donde Jesús, en presencia de sus discípulos, fue llevado al cielo, oculto por una nube. Este acontecimiento sobrecogedor dejó una impresión indeleble en los testigos y significó la culminación del ministerio terrenal de Jesús y la confirmación de su naturaleza divina.

Después de su ascensión, dos ángeles se aparecieron a los discípulos reunidos, afirmando que Jesús, que les había sido arrebatado, volvería un día de la misma manera. Esta promesa divina consoló a los seguidores de Jesús y les infundió un sentimiento de expectación ante su eventual segunda venida. Los relatos bíblicos de la Ascensión transmiten la profunda importancia de este acontecimiento, ilustrando el cumplimiento de la profecía divina y la unidad sin fisuras de la vida terrenal, la crucifixión y la exaltación de Jesús.

Significado de la Ascensión

La Ascensión de Jesús tiene un significado polifacético dentro de la tradición cristiana. Representa la glorificación de Jesús, al ser elevado a la diestra de Dios Padre, lo que significa su autoridad y señorío sobre toda la creación. Además, la ascensión subraya el vínculo inseparable entre las naturalezas divina y humana de Jesús, encapsulando el misterio de la Encarnación y afirmando su presencia en la esfera celestial.

Además, la Ascensión es emblemática del papel continuo y eterno de Jesús como mediador divino y abogado de la humanidad. Al ocupar su lugar en el reino celestial, Jesús intercede perpetuamente por sus seguidores y les otorga la seguridad de su presencia permanente y su gracia redentora. Esta comprensión teológica de la Ascensión imparte un profundo sentimiento de consuelo y esperanza a los fieles, afirmando la relevancia duradera de la obra salvífica de Jesús y la promesa de la reconciliación y la renovación definitivas.

Reflexión sobre la Ascensión

Al celebrar la fiesta de la Ascensión y contemplar sus ramificaciones teológicas y espirituales, los cristianos tienen una oportunidad conmovedora para dedicarse a una profunda reflexión y contemplación. La ascensión de Jesús invita a los creyentes a reflexionar sobre la naturaleza trascendente de su fe y a meditar sobre el significado perdurable del ministerio terrenal de Jesús, su muerte sacrificial y su resurrección y exaltación triunfantes.

Además, la Ascensión sirve de impulso convincente para que los fieles reevalúen su comprensión de la soberanía divina e interioricen la profunda verdad de la presencia eterna y el reinado soberano de Jesús. Mediante la oración, la exploración de las Escrituras y el culto comunitario, los cristianos pueden sumergirse en las profundidades del significado de la Ascensión, permitiendo que su profunda verdad impregne sus corazones y mentes y fomente un sentido más profundo de discernimiento y revelación espirituales.

Vivir la Ascensión

Para los seguidores de la fe cristiana, la conmemoración de la Ascensión va mucho más allá de un mero acto de recuerdo; sirve como llamada a la acción y como testimonio de la perdurable encomienda de Jesús a sus discípulos. En respuesta al mandato divino de difundir el Evangelio y hacer discípulos de todas las naciones, los creyentes se ven impulsados a participar activamente en la labor de evangelización, a dar testimonio del mensaje redentor de Cristo y a ejemplificar el poder transformador del Evangelio con sus palabras y sus actos.

Además, la ocasión de la Ascensión inspira un profundo sentimiento de esperanza y anticipación, ya que los creyentes aguardan ansiosamente el cumplimiento de la promesa angélica del regreso de Jesús. Esta esperanza escatológica capacita a los cristianos para navegar por las complejidades de la vida con una fe inquebrantable y para mantener firmemente su devoción a las enseñanzas y valores ejemplificados por Jesús. La Ascensión, por tanto, no es sólo un acontecimiento histórico que conmemorar, sino una realidad viva que abrazar, que infunde a las vidas de los creyentes un propósito, un significado y una esperanza firme en la promesa de la comunión eterna con el Señor exaltado.

Conclusión

La Ascensión de Jesús es un acontecimiento importante en la fe cristiana, que conmemora su ascensión física al cielo 40 días después de su Resurrección. Esta solemnidad tiene un gran significado para la creencia en Jesús como plenamente humano y plenamente divino, revelador del plan de Dios para el dominio de la creación. La celebran los cristianos de todo el mundo y sirve para recordar la presencia eterna de Jesús junto a la Iglesia. A través de los relatos bíblicos, la oración y la meditación, se puede profundizar en la comprensión y experimentar el significado espiritual de la Ascensión.

La Ascensión es un acontecimiento importante para los cristianos de todo el mundo.